Ese implacable juez, que es el tiempo, devolverá las cosas a su sitio, aunque nadie hiciera absolutamente nada por denunciar lo que ha ocurrido, ocurre y ocurrirá en el Partido de Rosa Díez. Poco dura la alegría en el hogar de los ambiciosos, especialmente si ejercen la violencia, en forma de opresión, contra los que no asumen los privilegios que ellos mismos se han concedido.
Extraño resulta que un partido que se forjó al albur de la defensa contra la violencia de ETA, se haya contagiado de su desprecio por los seres humanos. ¿Qué nos distingue de los etarras si no es el respeto a las normas que nos hemos otorgado, a la Constitución, a la Democracia, a la Libertad, a la Justicia, a la Pluralidad, a la Tolerancia, y a los demás?.
Extraño resulta que un partido que se forjó al albur de la defensa contra la violencia de ETA, se haya contagiado de su desprecio por los seres humanos. ¿Qué nos distingue de los etarras si no es el respeto a las normas que nos hemos otorgado, a la Constitución, a la Democracia, a la Libertad, a la Justicia, a la Pluralidad, a la Tolerancia, y a los demás?.
ETA acaba con la vida de ciudadanos españoles, porque su causa está por encima de cualquier vida, desprecia al ser humano, cualquier ser humano, y lo utiliza como herramienta –palanca- par intentar alcanzar sus objetivos. Las personas son el objeto de su acción política. Pero ETA, hace algo peor, con cada asesinato que comete, induce el miedo en todos los españoles, que se convierten en sus posibles víctimas del futuro. La muerte de un ciudadano sólo cobra sentido cuando se comprende como una táctica para amenazar a todos los demás.
Ciertamente, en UPyD todavía no se ha cometido ningún asesinato, pero se ha exterminado la vida social y política de muchos compañeros, de forma arbitraria, con argucias y mentiras, en algunos casos por protestar ante lo que hacen los dirigentes, en otros por ofrecer alternativas, por ofrecer una perspectiva diferente de ver las cosas. Hay víctimas en UPyD del despotismo de un Consejo de Dirección que actúa de forma implacable contra cualquier disidencia, hay victimas por pedir democracia, libertad y justicia, por denunciar que las cosas no se están haciendo correctamente. Y también hay miedo, porque se ha implantado un “petit régime” de terror, que emula las barbaridades del incorruptible Robespierre.
Pero hay algo todavía más infausto, que en el caso de UPyD el terror se ejerce desde el poder, contra sus propios compañeros, en forma de purga y depuración. Dirigentes ungidos por Rosa Díez, que ni siquiera han sido elegidos democráticamente, se permiten ejercer su autoridad ilegítima, sobre los afiliados del partido, que segregados, y de forma individual, impidiendo cualquier reagrupamiento, prohibiendo la comunicación entre ellos en internet, utilizando topos y espías, con las peores artimañas del estalinismo, han comenzado una caza de brujas y brujos que haría sonrojarse al propio senador MacCarty. Y todavía hay dirigentes, y militantes, que permanecen callados, soportando como sus compañeros son expulsados por contravenir a los supuestos amos del partido.
Se están produciendo casos de acoso político organizado desde el Consejo de Dirección de UPyD, casos que han sido constatados y denunciados por los militantes que aún creen que este partido puede ser democrático, en un clima de libertad, donde la arbitrariedad sea exterminada, y sueñan con un Congreso que ponga límites a las injusticias que se están cometiendo.
Ingenuos en sus aspiraciones de que la letra pequeña del contrato se cumpla, porque todavía no pueden creerse que Rosa Díez, Gorriarán, Fabo, Pimentel, Marcos, Hernández les puedan defraudar, porque no quieren lo mejor para el partido, sino para sus ambiciones personales. Son los que consideran que el enemigo está fuera, y buscan la cohesión ante la amenaza externa. Ilusos, el enemigo está dentro, detentando el poder, ejerciéndolo sin piedad, de una forma saducea y violenta. Se están exterminando a los críticos, como si la crítica de los propios fuera una amenaza para el partido, cuando en realidad sólo lo es para el poder de los usurpadores, que ejercen su autoridad de forma arbitraria e ilegítima.
Un partido político como la UPyD, no puede ser el cortijo de Rosa Díez, porque la Divina Progresista, y todos sus capos deben someterse igual que el último militante que acaba de entrar en el partido, al imperio de la misma ley para todos. Si un dirigente comete una arbitrariedad contra un compañero, debe ser sancionado. Pero se han cometido muchas cacicadas y nadie ha dicho nada, como cuando ejercía su ministerio la Santa Inquisición, otro régimen de terror.
Que nadie se engañe, ni exculpe a Rosa Díez de la responsabilidad que tiene en todo lo sucedido, porque si no se ha enterado, es porque no se ha querido enterar, y si se ha enterado y no hace nada, es que aprueba lo que ha ocurrido. No se puede culpar a Himmler del exterminio de judíos en la Alemania Nazi, y exculpar a Hitler, o a cualquiera de los demás dirigentes del genocidio. Todos los dirigentes son responsables de lo ocurrido, aunque no hayan participado directamente en su ocurrencia, Mikel Buesa también.
Un partido que se organiza sobre un régimen de terror y violencia contra quienes lo conforman, que administra justicia sin legitimidad democrática, ni los principios que rigen en un Estado de Derecho, como el derecho a defenderse y recibir una sentencia imparcial, es un partido autoritario, fascista o estalinista, una formación totalitaria y absolutista, un engendro que no puede seguir existiendo en el siglo XXI. Al fin y al cabo, hacen lo mismo que las formaciones terroristas que dicen abominar, en las que los objetivos de los más ambiciosos, son más importantes que el respeto a las personas, a los militantes, auténticos propietarios del partido.
Los dirigentes de UPyD han cometido el mismo error que todos los políticos de este país, han confundido la representación política de los demás, con la posesión y la propiedad de los instrumentos de poder, olvidándose que solo son mandatarios de un mandato ajeno, de un mandato de otros, de la confianza de sus compañeros.
Y llegamos al meollo de la cuestión, cada militante es responsable de lo que está ocurriendo, porque si comparten lo que hacen los dirigentes, que es actuar de una forma antidemocrática, liberticida, injusta y totalitaria, es que ellos no son ni demócratas, ni libres, ni justos, ni plurales, son simplemente el soporte necesario para que una colección de impresentables imponga su régimen de terror de forma gratuita, y encima reciban la ovación cerrada de los aspirantes a concejales que les veneran.
Por eso lo dije en el título de esta proclama: vuestra victoria de hoy, será derrota de mañana. Los demócratas, los que no sentimos libres, los que amamos la justicia y la pluralidad, nos declaramos desde ahora vuestros enemigos, porque vuestro triunfo sería nuestra derrota, la de las cosas importantes en las que creímos cuando llegamos a este partido y seguimos creyendo, no lo vamos a permitir bajo ningún concepto.
La democracia no admite variaciones arbitrarias. La libertad no se negocia, se conquista. Alea Jacta Est.
Ciertamente, en UPyD todavía no se ha cometido ningún asesinato, pero se ha exterminado la vida social y política de muchos compañeros, de forma arbitraria, con argucias y mentiras, en algunos casos por protestar ante lo que hacen los dirigentes, en otros por ofrecer alternativas, por ofrecer una perspectiva diferente de ver las cosas. Hay víctimas en UPyD del despotismo de un Consejo de Dirección que actúa de forma implacable contra cualquier disidencia, hay victimas por pedir democracia, libertad y justicia, por denunciar que las cosas no se están haciendo correctamente. Y también hay miedo, porque se ha implantado un “petit régime” de terror, que emula las barbaridades del incorruptible Robespierre.
Pero hay algo todavía más infausto, que en el caso de UPyD el terror se ejerce desde el poder, contra sus propios compañeros, en forma de purga y depuración. Dirigentes ungidos por Rosa Díez, que ni siquiera han sido elegidos democráticamente, se permiten ejercer su autoridad ilegítima, sobre los afiliados del partido, que segregados, y de forma individual, impidiendo cualquier reagrupamiento, prohibiendo la comunicación entre ellos en internet, utilizando topos y espías, con las peores artimañas del estalinismo, han comenzado una caza de brujas y brujos que haría sonrojarse al propio senador MacCarty. Y todavía hay dirigentes, y militantes, que permanecen callados, soportando como sus compañeros son expulsados por contravenir a los supuestos amos del partido.
Se están produciendo casos de acoso político organizado desde el Consejo de Dirección de UPyD, casos que han sido constatados y denunciados por los militantes que aún creen que este partido puede ser democrático, en un clima de libertad, donde la arbitrariedad sea exterminada, y sueñan con un Congreso que ponga límites a las injusticias que se están cometiendo.
Ingenuos en sus aspiraciones de que la letra pequeña del contrato se cumpla, porque todavía no pueden creerse que Rosa Díez, Gorriarán, Fabo, Pimentel, Marcos, Hernández les puedan defraudar, porque no quieren lo mejor para el partido, sino para sus ambiciones personales. Son los que consideran que el enemigo está fuera, y buscan la cohesión ante la amenaza externa. Ilusos, el enemigo está dentro, detentando el poder, ejerciéndolo sin piedad, de una forma saducea y violenta. Se están exterminando a los críticos, como si la crítica de los propios fuera una amenaza para el partido, cuando en realidad sólo lo es para el poder de los usurpadores, que ejercen su autoridad de forma arbitraria e ilegítima.
Un partido político como la UPyD, no puede ser el cortijo de Rosa Díez, porque la Divina Progresista, y todos sus capos deben someterse igual que el último militante que acaba de entrar en el partido, al imperio de la misma ley para todos. Si un dirigente comete una arbitrariedad contra un compañero, debe ser sancionado. Pero se han cometido muchas cacicadas y nadie ha dicho nada, como cuando ejercía su ministerio la Santa Inquisición, otro régimen de terror.
Que nadie se engañe, ni exculpe a Rosa Díez de la responsabilidad que tiene en todo lo sucedido, porque si no se ha enterado, es porque no se ha querido enterar, y si se ha enterado y no hace nada, es que aprueba lo que ha ocurrido. No se puede culpar a Himmler del exterminio de judíos en la Alemania Nazi, y exculpar a Hitler, o a cualquiera de los demás dirigentes del genocidio. Todos los dirigentes son responsables de lo ocurrido, aunque no hayan participado directamente en su ocurrencia, Mikel Buesa también.
Un partido que se organiza sobre un régimen de terror y violencia contra quienes lo conforman, que administra justicia sin legitimidad democrática, ni los principios que rigen en un Estado de Derecho, como el derecho a defenderse y recibir una sentencia imparcial, es un partido autoritario, fascista o estalinista, una formación totalitaria y absolutista, un engendro que no puede seguir existiendo en el siglo XXI. Al fin y al cabo, hacen lo mismo que las formaciones terroristas que dicen abominar, en las que los objetivos de los más ambiciosos, son más importantes que el respeto a las personas, a los militantes, auténticos propietarios del partido.
Los dirigentes de UPyD han cometido el mismo error que todos los políticos de este país, han confundido la representación política de los demás, con la posesión y la propiedad de los instrumentos de poder, olvidándose que solo son mandatarios de un mandato ajeno, de un mandato de otros, de la confianza de sus compañeros.
Y llegamos al meollo de la cuestión, cada militante es responsable de lo que está ocurriendo, porque si comparten lo que hacen los dirigentes, que es actuar de una forma antidemocrática, liberticida, injusta y totalitaria, es que ellos no son ni demócratas, ni libres, ni justos, ni plurales, son simplemente el soporte necesario para que una colección de impresentables imponga su régimen de terror de forma gratuita, y encima reciban la ovación cerrada de los aspirantes a concejales que les veneran.
Por eso lo dije en el título de esta proclama: vuestra victoria de hoy, será derrota de mañana. Los demócratas, los que no sentimos libres, los que amamos la justicia y la pluralidad, nos declaramos desde ahora vuestros enemigos, porque vuestro triunfo sería nuestra derrota, la de las cosas importantes en las que creímos cuando llegamos a este partido y seguimos creyendo, no lo vamos a permitir bajo ningún concepto.
La democracia no admite variaciones arbitrarias. La libertad no se negocia, se conquista. Alea Jacta Est.
"ETA acaba con la vida de ciudadanos españoles, porque su causa está por encima de cualquier vida, desprecia al ser humano, cualquier ser humano, y lo utiliza como herramienta –palanca- para intentar alcanzar sus objetivos. Las personas son el objeto de su acción política. Pero ETA, hace algo peor, con cada asesinato que comete, induce el miedo en todos los españoles, que se convierten en sus posibles víctimas del futuro. La muerte de un ciudadano sólo cobra sentido cuando se comprende como una táctica para amenazar a todos los demás."
ResponderEliminarVamos a ver... ¿Y entonces, el IRA, Hamas, Hizbollah o Al Qaeda, cómo es que no inducen el miedo en todos los unionistas, israelíes, norteamericanos o británicos DE A PIE sino más bien lo contrario, los azuzan todavía más a la respuesta autodefensiva?
Justo estoy ahora releyendo ESCRITO EN ESPAÑA de Dionisio Ridruejo y mucho de lo que dice podría ser aplicado a la situación actual. Abulia, inhibición, esperanza de que algún deus ex machina saque las castañas del fuego... y ese punto mendicante que acaba transformando la reivindicación justa en picaresca victimista. No somos un pueblo democrático (esto es, con un fuerte espíritu reservista) sino delator, siempre a la espera de alguien que actúe por nosotros. En eso, el mundo abertzale es superior a sus adversarios porque sí hay "cantera" y hay "reservas" listas para suplir las bajas. Si se ha llegado a la paz en el Ulster ha sido pura y simplemente por agotamiento de los católicos al alcanzar la certidumbre de que siempre iban a quedar en tablas con los unionistas.
Aquí ha habido guerras sucias organizadas desde Interior (usando como peones a unos cuantos exaltados ultras) y exabruptos golpistas y sondeos negociadores pero sólo Aznar logró por un momento concitar cierto espíritu reservista en la población (aquellas masas intentando asaltar sedes de HB en la semana del asesinato de Miguel Angel Blanco tuvieron que preocupar bastante a los abertzales, que debieron ver por un momento ante sí el espectro del Ulster) y, utilizando ese aparente consenso, comenzó el acoso legal y su iniciativa más ambiciosa y menos comprendida, el intento (al hilo de la coyuntura de globalización antiterrorista provocada por el 11S) de implicar al Pentágono en la lucha antiETA (la contraprestación en ese toma y daca, obviamente, era la implicación de España en lo de Irak). Ya se ha visto cómo acabó la cosa y el dudoso apoyo recibido por Aznar.
No creo que llamando asesinos o garrapatas a los abertzales se arregle nada. Si no se plantean análisis, se hace autocrítica de la disfuncionalidad y liquidacionismo en la lucha antiterrorista y no se estudia el tema desde la realidad y no desde los estériles y alienantes "2 minutos de odio", seguirá habiendo problema vasco por muuuuucho tiempo.
En ETA hay asesinos que asesinan, y el "problema vasco" nada tiene que ver con el asesinato, sino con la política, la interpretación de la historia, y las posiciones diferenciadas en los beneficios del poder.
ResponderEliminarTampoco conseguiremos nada, si dejamos de llamar a las cosas por su nombre. Si en el País Vasco hay apoyos para ETA, es porque el PNV lo ha consentido porque le interesa políticamente y económicamente. Ni más, ni menos.
Y lo de que los terroristas no inducen miedo en la población, miedo que provoca la autodefensa, pues como que no lo veo claro. En cuanto al "problema vasco" que dices, la reacción se ha producido, también aquí al lograr democráticamente que no gobierne el PNV, hoy en la comunidad vasca no están los nacionalistas en el poder.
Como suelo decir siempre, sarna con gusto no pica: si los españolistas están contentos con Eguiguren de portavoz del PSE en el parlamento vasco, con "deslices" como el follonero entrevistando a Otegi en la tv privada de ZP (¿habrá "deslices" similares en la ETB?: es una buena pregunta del millón... -y dudo muy mucho que Patxi López se declare en rebeldía españolista contra Madrid y le retuerza el brazo a Zapatero como lo ha hecho Montilla en Cataluña desde el sesgo contrario-) y con el juego del escondite que implica la actual política antiterrorista tendente más al encabronamiento del enemigo que a su derrota, pues, eso, yo que no soy españolista, no voy a ser más papista que ellos. Así que todos contentos. Más minutos de odio, más cerrazón abertzale, y más españolismo dividido al albur de las ambiciones políticas y mediáticas de Fulana o de Mengano.
ResponderEliminarSigo insistiendo en que, a ojos de un israelí o de un unionista, lo que está pasando aquí tras la caída de Aznar en materia antiterrorista resulta de sainete, habida cuenta de que ETA es hoy por hoy mucho más débil en cuanto a efectivos, relaciones, finanzas y apoyo internacional que Hamas, Hizbollah, el IRA o la tentacular Al Qaeda.
Un amigo con familiares en Hondarribia me comentó una vez que los abertzales, a diferencia de los palestinos o de los católicos de Irlanda del Norte, no odian/temen al contrario sino que lo desprecian en una actitud que recuerda más a la del antiguo búnker franquista con respecto a los reformistas e izquierdistas de la Transición. Vale, que, bajo la pantalla del "régimen" peneuvista, se pudo llegar a una situación de prepotencia que recordase a la de los "incontrolados" ultras en el tardofranquismo y la primerísima transición ("dictablanda" -no tan blanda, por cierto- de Arias y Fraga) pero hay una diferencia: los ultras eran peones al servicio de Presidencia y de los mandos militares, ETA no es peón de nadie sino que mantiene con el PNV una relación de paridad pragmática, en algunos aspectos similar a la de los elementos más radicales del bando republicano con el gobierno durante la guerra civil.
Y una última cosa, que no tiene que ver con ninguna placenta peneuvista en la que los abertzales se muevan con soltura: el atentado contra Carrero, con intervención de la CIA, que hace de ETA durante mucho tiempo acreedora de una relativa tolerancia por parte de quienes se beneficiaron políticamente de la voladura del almirante, y que tal vez para algunos (¿un ZP? ¿un Eguiguren?) siga pesando más desde su sectarismo "democrático" que el dolor de los sectores sociales más castigados por ETA. A fin de cuentas, esa es la ultima ratio, el hacer algo desde la convicción y la empatía o el no sentirte implicado. Tal vez no sean pocos los que en el actual gobierno vasco, empezando por Eguiguren, se sientan más dispuestos a una nueva hipótesis de diálogo con ETA que a cruzar tres palabras en la calle con Damborenea. Esas visceralidades son las que, al final, cuentan.
El Zurdo, yo no he elegido ser española, pero lo soy, al igual que no he elegido ser europea, y también lo soy, hay cosas que vienen determinadas, como el sexo, la raza, o adaptarnos a la cultura en la que vivimos y aborrecer, en principio, todas las demás.
ResponderEliminarLa cuestión es que la libertad tiene unos límites, fíjate, que se pueden transgredir, podemos cambiarnos de sexo, incluso de raza como Michael Jackson, y también abjurar de los determinantes culturales que nos caracterizan, para abrazar otros. Pero una hormiga no puede ser un elefante, hoy por hoy.
Ni la violencia particular puede se admitida en un sistema democrático, por muy extravagante que este sea, porque entonces se quebraría todo, el monopolio de la violencia por parte del Estado es una garantía para que la libertad pueda seguir existiendo.
Otra cosa es que el Estado sea imperfecto en manos de estos truhanes políticos, y distorsione la vida en la sociedad, pero eso es un problema político que hay que resolver desde la política, nunca en estos tiempos desde la violencia.
La cuestión es que si admitimos que la violencia particulares un elemento que puede tener acogida en la democracia, entonces tendremos una sociedad violenta, en la que el más fuerte es siempre el que administra el poder. Precisamente una sociedad avanzada, es la que tiene el monopolio de la violencia en la voluntad general representada por el contrato social, y además no necesita utilizarla, porque la ha sublimado en la política, que es la arena establecida para el juego. Quien juega fuera de esa arena, está haciendo trampas, y no se merece en ningún caso, los beneficios de respetar las reglas de juego, por muy "justificadas" que crea que están sus causas
No se pueden denominar políticos a los que son delincuentes, que no respetan las reglas del juego que todos los demás nos hemos otorgado. Los terroristas son delincuentes, antes que cualquier otra cosa. Los españolistas, como tu dices, hoy no matan a nadie por su causa, es decir, respetan las reglas de juego democrático. Comparar españolistas con nacionalistas que no respetan las reglas de juego, porque se sirven de la violencia de otros para su causa, porque se aprovechan de la coyuntura par sacar tajada, porque reducen los derechos de todos los demás, para formar su mundo sectario, no es justo. Los españolistas, como tu dices, respetamos la ley y la democracia, los nacionalistas se sirven de la ley y la democracia para obtener su beneficio particular. Un perro no es lo mismo que un lobo, ni un hombre que un mono, por mucho que se puedan parecer.
Para mí la democracia, tal como hoy se halla establecida, tiene que ver no con quién mata y quién deja de matar (porque, salvo algún clónico mental de Ghandi, por acción o por justificación de "liberaciones nacionales", "violencias preventivas", "legítimas defensas" y lo que nos echen, aquí no queda libre de pecado ni el Tato) sino con la toma de decisiones lo más colegiada posible, sean cuales sean esas decisiones. Eso es democracia (FUENTEOVEJUNA, TODOS A UNA es democracia, o el CAIGA SU SANGRE SOBRE NOSOTROS Y NUESTROS HIJOS es democracía -dos gritos antiguos, democráticos y letales, hoy plenamente vigentes-).
ResponderEliminarTal vez por eso yo no me siento demócrata o sólo desde una perspectiva más vinculada a la calidad que a la cantidad o que al impacto mediático, la democracia entendida (un poco partiendo de ideas del sociólogo Pareto) como una fluida circulación de élites, como una MERITOCRACIA, eso tan randiano, en donde cada quisque puede llegar a lo más alto pero sólo si demuestra que vale para ello, si no rebaja lo más alto al nivel ínfimo de su mediocridad astuta por el chantaje, por la discriminación positiva, por las paridades, como hoy ocurre. Sólo cuando se asume la calidad como una prioridad común para todos y no se utiliza sofísticamente la cantidad o el revanchismo (esa mentalidad postmoderna de TENGO DERECHO A SER TAN HIJO DE PERRA COMO EL QUE ESTA ARRIBA que ha enmerdado tantas causas y reivindicaciones justas en las últimas décadas, y que gusta de maquillar su profunda miseria moral con toda esa basura farisea de lo políticamente correcto).
Tal vez por eso términos como LIBERTAD, SOBERANIA y ARISTOCRACIA DEL ESPIRITU me parezcan cada día que pasa más importantes que DEMOCRACIA cuando trato de que los árboles de esta realidad tan impresentable, tan desprovista de autoridad moral, no me impidan ver el bosque de una posible esperanza.
La democracia hoy, es un instrumento de usurpación del poder, una estrategia de los detentadores, para obtener privilegios sobre sus seguidores. Pero que alguien haya sustraido el sentido original de la democracia, para montarse un negocio privado, a costa de la supuesta defensa de lo publico, nada tiene que ver con la democracia, sino con la estafa y la usurpación.
ResponderEliminarEsto no es democracia, es ROLDANISMO, que no es lo mismo. El Roldadismo ha invadido todas las instituciones del Estado. Esta es la mayor aportación que el socialismo ha hecho a la historia de este país. El día que se caiga el velo, no vuelven a ganar las elecciones en dos siglos...