El partido personalista de Rosa Díez se promociona como una alternativa desde la izquierda de progreso –no lo dice exactamente- para resolver los problemas que ha creado la otra izquierda de progreso en este país, es decir, el PSOE y la derecha del PP no ha sabido resolver (¡cuando quien está gobernando es el PSOE!); es fascinante como los socialistas piensan como clones, porque este discurso es el mismo que el Presidente de la Federación de Municipios, Pedro Crespo, dedicó a los votantes del PP, a los que definió como “tontos de los cojones” por “votar al PP”.
Analicemos la cuestión, el Partido de Rosa Díez quiere desplazar al PP, para tratar de corregir la deriva extravagante que ha tomado su antiguo partido el PSOE, bajo el talante delirante de quien lo dirige, el Presidente de Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
Profundicemos aún más, Rosa Díez, socialista declarada, rodeada exclusivamente de socialistas –más un par de amigos despistados, Mikel Buesa y Fernando Maura, que no lo son- nos ofrece como futuro, exactamente regresar al pasado. Aquel día en que el 11-M y una campaña de desprestigio inaudita contra la oposición, de la que Rosa Díez no puede ser ajena, por qué formaba parte del PSOE por aquellas fechas, trajeron a este país a su excelencia Rodríguez Zapatero.
En realidad lo que quiere es convencer a su antiguo partido, el PSOE, que se equivocaron al dejarla en aquel Congreso de la enjundia con una representatividad del 6 % y elegir a Zapatero como Secretario General, dejando a la guerrista Matilde Fernández y al felipista José Bono, por delante también de la promotora de UPyD. Esa "grave equivocación de la democracia" en el PSOE, que nos trajo a Zapatero, también nos trajo la UPyD de Rosa Díez, porque como ella mismo dijo en su momento antes de las votaciones: "Deben pensar en una persona capaz de concitar adhesión interna y complicidad con la ciudadanía" considerándose a sí misma "la solución del PSOE" y después de ellas que: "Estaba convencida de que los electores le reconocían lo que el partido le rechazaba".
En su máximo esplendor, Rosa Díez obtuvo un 6 % de los votos de su partido, y ahora pretende ampliar sus resultados pescando en el caladero del PP, pero con una postulación tan peregrina que incluye la defensa de la ampliación del aborto, el matrimonio homosexual, la educación para la ciudadanía, la lengua común –así es como denomina al español-, la lucha contra los nacionalismos –cuando ella fue partícipe de un gobierno del PNV en el que se produjeron numerosas víctimas- y contra el terrorismo, siendo más anticlerical que laicista, es decir, defendiendo la moderación en la trayectoria iniciada por ZP, aunque eso sí, con matices para no destrozar este país tan deprisa como está haciendo el ínclito de las cejas.
La derecha de este país, como mucho, puede considerar que UPyD es un PSOE decente, pero nunca votará socialista, y por lo tanto no va a votar a UPyD.
En cuanto a los electores no identificados con el PSOE y el PP, ni los nacionalismos, que se ubican en dos polos, el más informado y el más desinformado del país, pocos apoyos encontrará Rosa Díez, porque esos votos se van directamente a la abstención, el voto en blanco, el voto nulo, o el voto a un partido que no tiene posibilidades.
Sin embargo, los votos de UPyD serán significativos, porque bajo el apoyo a estas siglas se reunirán los desencantados desinformados, y los que quieren castigar al PSOE y al PP, al mismo tiempo, pero hay que tener en cuenta que de los votos no filiados, se produce un gran desgaste con la campaña electoral, se hartan deprisa y un porcentaje importante, tal vez la mitad, no acuden a votar por ninguno. De votos que anteriormente estuvieron en la abstención, Rosa Díez no recogerá ni uno.
Resumiendo la cuestión, tenemos que el voto de UPyD se construirá con los afiliados, familiares y amigos a los que puedan convencer –20.000 votos como mucho-, los socialistas que crean en Rosa Díez, los seguidores de socialistas en positivo, la tercera vía más allá de Zapatero, -100.000 votos- y los que, cabreados con el PP de Mariano Rajoy y sus sandeces, decidan votar en estas elecciones por alguien que pueda corregir sus errores, aquí se cuentan los que sólo ven televisión, algunos seguidores de la COPE y El Mundo, y que por supuesto, no se hayan enterado de que Rosa Díez aboga por el progresismo de Zapatero, pero con más lentitud, porque no hay otro discurso para la izquierda que sea comestible para este país. Es decir, como mucho 80.000 votos de antiguos votantes del PP. Y aquí tenemos, que el Partido de Rosa Díez, el partido de nadie, tiene asegurados 200.000 votos, para conseguir un eurodiputado las va a pasar canutas.
Vayamos con las encuestas realizadas, en las que se observa un lento declinar, desde hace seis meses, pasando de un 6 % a cifrar próximas al 3 %, es decir, la mitad, por algo será.
En las encuestas, decir que se va a votar a UPyD queda bien ante el que pregunta, lo mismo que decir que Rosa Díez es la más valorada de los políticos españoles, tras Zapatero, para tocarle las narices a Rajoy, cuando no tiene ninguna posibilidad de sustituir a ninguno.
La elevada abstención perjudicará más a UPyD que a los grandes partidos y los partidos nacionalistas, hay que recordar que para obtener representación en las próximas Elecciones Europeas, el partido de Rosa Díez tendrá que obtener, como todo los demás, como mínimo un 3 %, línea de corte que permite obtener representación, se espera una abstención que va en una horquilla del 60 al 70 %, con media en el 65 %, quiere esto decir, que de la población con derecho a voto en España poco más de 35 millones, acudirán a las urnas 12.250.000 votos, y un 3 % votarán en blanco o nulo (370.000 votos) quedando 11.880.000 votos válidos. El escaño europeo costará aproximadamente 356.000 votos.
En las Elecciones Generales, Rosa Díez obtuvo su escaño por Madrid, con 131.342 (3,76 %) con 303.535 votos en toda España (1,20 % del total) y una participación de más del 75 % -cosa que no ocurrirá ahora-. La representatividad de Rosa Díez, restando la cifra de Madrid es de 172.000 votos en toda España (aproximadamente un 0,7 %).
En las elecciones autonómicas vascas y gallegas, que es el referente más próximo, Rosa Díez pasó escasamente del 1,6 % del voto, aunque obtuvo un escaño por Álava, con poco más del 3 % necesario. En Madrid, los apoyos no volverán a repetirse porque el voto será de castigo contra el PSOE y a favor del PP –recuerden quien gobierna en Ayuntamiento y Autonomía-
Definitivamente no habrá milagro magenta, UPyD no tendrá representación en Europa, no alcanzará los 356.000 votos que necesita, porque para ello tendría que votar en toda España un 3 % aproximadamente (aunque en estas elecciones de circunscripción única no hay umbral electoral), y UPyD ha cometido el mismo grave error –del que Gorriarán es el máximo responsable-, que cometió Ciudadanos, cerrando el partido a su expansión, reduciendo su ámbito a los socialistas en los que confía, y a nadie más, como se ha comprobado en Madrid, Aragón, Valencia, Cataluña, Galicia, Andalucía, Castillas, Canarias, etc, para tener bien atadas las cosas ante el próximo Congreso de octubre. La inmensa mayoría de los que no son socialistas o trepas, se han ido discretamente del partido, pero dejando huella.
La ambición de restringir la libertad y acotar la jerarquía dirigente, no solo ha desmoralizado a los ilusionados militantes, sino que ha dejado al aire los entresijos de una formación sectaria que se anuncia como plural y democrática -la democracia no necesita de pastores ni rediles, se rige por sus propias reglas y las de la libertad, demagogos-.
El discurso de Rosa Díez no podrá con todo, el partido organizado a imitación de la burocracia cubana, no permitirá alcanzar la representación en estas elecciones. El partido que prometía ser de todos se convertirá el próximo 7-J en el partido de nadie, y ya nunca las cosas volverán a ser igual, la ilusión magenta, como ayer lo hizo la ilusión naranja de Ciudadanos, también habrá caducado, y además mucho más deprisa, la velocidad de corrupción de los partidos políticos novedosos en España se acelera, porque no soportan la prueba de la libertad.
El 8-J, tras el fiasco, comenzará un periodo de reflexión que llegará hasta el próximo Congreso de octubre, en el que la auténtica realidad de UPyD se mostrará en su plenitud, habrá fuga masiva de militantes, y el discurso de Rosa Díez se acabará convirtiendo en una anécdota, al igual que lo de Ciudadanos, esto ya no tiene remedio alguno.
Lo siento por los militantes, pero la vida es así, la operación socialista de sustituir el declive del PSOE con el alza de UPyD habrá sido un enorme fracaso. No se acaban de enterar los socialistas de que engañar a la gente es cada día es más difícil y que no les ha dado tiempo de llevarnos a la miseria, para que después se puedan ofrecer para salvarnos de los opresores y privilegiados; todavía no se han dado cuenta de que los opresores y privilegiados actuales, son ellos.
Analicemos la cuestión, el Partido de Rosa Díez quiere desplazar al PP, para tratar de corregir la deriva extravagante que ha tomado su antiguo partido el PSOE, bajo el talante delirante de quien lo dirige, el Presidente de Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
Profundicemos aún más, Rosa Díez, socialista declarada, rodeada exclusivamente de socialistas –más un par de amigos despistados, Mikel Buesa y Fernando Maura, que no lo son- nos ofrece como futuro, exactamente regresar al pasado. Aquel día en que el 11-M y una campaña de desprestigio inaudita contra la oposición, de la que Rosa Díez no puede ser ajena, por qué formaba parte del PSOE por aquellas fechas, trajeron a este país a su excelencia Rodríguez Zapatero.
En realidad lo que quiere es convencer a su antiguo partido, el PSOE, que se equivocaron al dejarla en aquel Congreso de la enjundia con una representatividad del 6 % y elegir a Zapatero como Secretario General, dejando a la guerrista Matilde Fernández y al felipista José Bono, por delante también de la promotora de UPyD. Esa "grave equivocación de la democracia" en el PSOE, que nos trajo a Zapatero, también nos trajo la UPyD de Rosa Díez, porque como ella mismo dijo en su momento antes de las votaciones: "Deben pensar en una persona capaz de concitar adhesión interna y complicidad con la ciudadanía" considerándose a sí misma "la solución del PSOE" y después de ellas que: "Estaba convencida de que los electores le reconocían lo que el partido le rechazaba".
En su máximo esplendor, Rosa Díez obtuvo un 6 % de los votos de su partido, y ahora pretende ampliar sus resultados pescando en el caladero del PP, pero con una postulación tan peregrina que incluye la defensa de la ampliación del aborto, el matrimonio homosexual, la educación para la ciudadanía, la lengua común –así es como denomina al español-, la lucha contra los nacionalismos –cuando ella fue partícipe de un gobierno del PNV en el que se produjeron numerosas víctimas- y contra el terrorismo, siendo más anticlerical que laicista, es decir, defendiendo la moderación en la trayectoria iniciada por ZP, aunque eso sí, con matices para no destrozar este país tan deprisa como está haciendo el ínclito de las cejas.
La derecha de este país, como mucho, puede considerar que UPyD es un PSOE decente, pero nunca votará socialista, y por lo tanto no va a votar a UPyD.
En cuanto a los electores no identificados con el PSOE y el PP, ni los nacionalismos, que se ubican en dos polos, el más informado y el más desinformado del país, pocos apoyos encontrará Rosa Díez, porque esos votos se van directamente a la abstención, el voto en blanco, el voto nulo, o el voto a un partido que no tiene posibilidades.
Sin embargo, los votos de UPyD serán significativos, porque bajo el apoyo a estas siglas se reunirán los desencantados desinformados, y los que quieren castigar al PSOE y al PP, al mismo tiempo, pero hay que tener en cuenta que de los votos no filiados, se produce un gran desgaste con la campaña electoral, se hartan deprisa y un porcentaje importante, tal vez la mitad, no acuden a votar por ninguno. De votos que anteriormente estuvieron en la abstención, Rosa Díez no recogerá ni uno.
Resumiendo la cuestión, tenemos que el voto de UPyD se construirá con los afiliados, familiares y amigos a los que puedan convencer –20.000 votos como mucho-, los socialistas que crean en Rosa Díez, los seguidores de socialistas en positivo, la tercera vía más allá de Zapatero, -100.000 votos- y los que, cabreados con el PP de Mariano Rajoy y sus sandeces, decidan votar en estas elecciones por alguien que pueda corregir sus errores, aquí se cuentan los que sólo ven televisión, algunos seguidores de la COPE y El Mundo, y que por supuesto, no se hayan enterado de que Rosa Díez aboga por el progresismo de Zapatero, pero con más lentitud, porque no hay otro discurso para la izquierda que sea comestible para este país. Es decir, como mucho 80.000 votos de antiguos votantes del PP. Y aquí tenemos, que el Partido de Rosa Díez, el partido de nadie, tiene asegurados 200.000 votos, para conseguir un eurodiputado las va a pasar canutas.
Vayamos con las encuestas realizadas, en las que se observa un lento declinar, desde hace seis meses, pasando de un 6 % a cifrar próximas al 3 %, es decir, la mitad, por algo será.
En las encuestas, decir que se va a votar a UPyD queda bien ante el que pregunta, lo mismo que decir que Rosa Díez es la más valorada de los políticos españoles, tras Zapatero, para tocarle las narices a Rajoy, cuando no tiene ninguna posibilidad de sustituir a ninguno.
La elevada abstención perjudicará más a UPyD que a los grandes partidos y los partidos nacionalistas, hay que recordar que para obtener representación en las próximas Elecciones Europeas, el partido de Rosa Díez tendrá que obtener, como todo los demás, como mínimo un 3 %, línea de corte que permite obtener representación, se espera una abstención que va en una horquilla del 60 al 70 %, con media en el 65 %, quiere esto decir, que de la población con derecho a voto en España poco más de 35 millones, acudirán a las urnas 12.250.000 votos, y un 3 % votarán en blanco o nulo (370.000 votos) quedando 11.880.000 votos válidos. El escaño europeo costará aproximadamente 356.000 votos.
En las Elecciones Generales, Rosa Díez obtuvo su escaño por Madrid, con 131.342 (3,76 %) con 303.535 votos en toda España (1,20 % del total) y una participación de más del 75 % -cosa que no ocurrirá ahora-. La representatividad de Rosa Díez, restando la cifra de Madrid es de 172.000 votos en toda España (aproximadamente un 0,7 %).
En las elecciones autonómicas vascas y gallegas, que es el referente más próximo, Rosa Díez pasó escasamente del 1,6 % del voto, aunque obtuvo un escaño por Álava, con poco más del 3 % necesario. En Madrid, los apoyos no volverán a repetirse porque el voto será de castigo contra el PSOE y a favor del PP –recuerden quien gobierna en Ayuntamiento y Autonomía-
Definitivamente no habrá milagro magenta, UPyD no tendrá representación en Europa, no alcanzará los 356.000 votos que necesita, porque para ello tendría que votar en toda España un 3 % aproximadamente (aunque en estas elecciones de circunscripción única no hay umbral electoral), y UPyD ha cometido el mismo grave error –del que Gorriarán es el máximo responsable-, que cometió Ciudadanos, cerrando el partido a su expansión, reduciendo su ámbito a los socialistas en los que confía, y a nadie más, como se ha comprobado en Madrid, Aragón, Valencia, Cataluña, Galicia, Andalucía, Castillas, Canarias, etc, para tener bien atadas las cosas ante el próximo Congreso de octubre. La inmensa mayoría de los que no son socialistas o trepas, se han ido discretamente del partido, pero dejando huella.
La ambición de restringir la libertad y acotar la jerarquía dirigente, no solo ha desmoralizado a los ilusionados militantes, sino que ha dejado al aire los entresijos de una formación sectaria que se anuncia como plural y democrática -la democracia no necesita de pastores ni rediles, se rige por sus propias reglas y las de la libertad, demagogos-.
El discurso de Rosa Díez no podrá con todo, el partido organizado a imitación de la burocracia cubana, no permitirá alcanzar la representación en estas elecciones. El partido que prometía ser de todos se convertirá el próximo 7-J en el partido de nadie, y ya nunca las cosas volverán a ser igual, la ilusión magenta, como ayer lo hizo la ilusión naranja de Ciudadanos, también habrá caducado, y además mucho más deprisa, la velocidad de corrupción de los partidos políticos novedosos en España se acelera, porque no soportan la prueba de la libertad.
El 8-J, tras el fiasco, comenzará un periodo de reflexión que llegará hasta el próximo Congreso de octubre, en el que la auténtica realidad de UPyD se mostrará en su plenitud, habrá fuga masiva de militantes, y el discurso de Rosa Díez se acabará convirtiendo en una anécdota, al igual que lo de Ciudadanos, esto ya no tiene remedio alguno.
Lo siento por los militantes, pero la vida es así, la operación socialista de sustituir el declive del PSOE con el alza de UPyD habrá sido un enorme fracaso. No se acaban de enterar los socialistas de que engañar a la gente es cada día es más difícil y que no les ha dado tiempo de llevarnos a la miseria, para que después se puedan ofrecer para salvarnos de los opresores y privilegiados; todavía no se han dado cuenta de que los opresores y privilegiados actuales, son ellos.
leido casi seis meses despues, pone la piel de gallina
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