Tras el éxito electoral del pasado domingo, se ha convocado el primer congreso de UPyD, después de 15 meses de estar en la escena política e incumplir la Constitución y la Ley de Partidos como se ha denunciado en este blog, en numerosas ocasiones.
El I Congreso de UPyD, cuyo reglamento fue aprobado por casi el 90 % del consejo político del partido, y concluyó con la destitución en pleno de la coordinadora de Aragón, porque a su representante, Javier Carroquino, se le ocurrió presentar un programa alternativo que abogaba por las listas abiertas a todos los órganos del partido, ante el que Rosa Díez se pronunció de la siguiente forma, con el talante democrático que la caracteriza: “si se aprueban las listas abiertas, yo me iré del partido”, así que no se aprobaron evidentemente.
El reglamento del Congreso es el que han fabricado entre Gorriarán y sus colaboradores, bueno en realidad lo ha hecho el coordinador de Asturias al dictado de Gorriarán, para ser más exactos.
Según nos ha referido una fuente presumiblemente solvente, en el partido del Consejo Político Fundador, que estaba formado por 125 miembros, apenas quedan el 40 % de los miembros iniciales. La purga, al igual que ha ocurrido en la mayoría de las coordinadoras autonómicas ha sido de proporciones descomunales.
En Madrid y Cataluña, se han impuesto coordinadores provenientes de la corriente del PSOE, socialistas en positivo, y en todas las demás personas de confianza de Gorriarán, por lo que a fecha actual todos los coordinadores son correa de transmisión de la voz de su amo.
En estas circunstancias, los militantes que discrepaban con la dirección del partido y su comportamiento feudal, se han terminado yendo, algunos haciéndolo manifiesto públicamente y otros de forma discreta.
Pocas esperanzas para la democracia en UPyD, porque blindaje orgánico del partido recuerda más a una formación comunista del siglo pasado que a un partido democrático del siglo XXI.
Las arbitrariedades, inequidades, injusticias y persecución de la libertad de expresión, han sido la norma, más que la excepción del despotismo educado de la dirección del partido.
El próximo 20, 21, y 22 de noviembre asistiremos al gran espectáculo del autoritarismo que será el congreso fundacional de UPyD, en el que los asistentes, previamente seleccionados por su lealtad a la dirección, concederán legitimidad “no democrática” a una formación política que se anunciaba como la tercera vía y se ha quedado en la tercera plaga, la de la peste, en este caso estalinista.
Good Ridance
El I Congreso de UPyD, cuyo reglamento fue aprobado por casi el 90 % del consejo político del partido, y concluyó con la destitución en pleno de la coordinadora de Aragón, porque a su representante, Javier Carroquino, se le ocurrió presentar un programa alternativo que abogaba por las listas abiertas a todos los órganos del partido, ante el que Rosa Díez se pronunció de la siguiente forma, con el talante democrático que la caracteriza: “si se aprueban las listas abiertas, yo me iré del partido”, así que no se aprobaron evidentemente.
El reglamento del Congreso es el que han fabricado entre Gorriarán y sus colaboradores, bueno en realidad lo ha hecho el coordinador de Asturias al dictado de Gorriarán, para ser más exactos.
Según nos ha referido una fuente presumiblemente solvente, en el partido del Consejo Político Fundador, que estaba formado por 125 miembros, apenas quedan el 40 % de los miembros iniciales. La purga, al igual que ha ocurrido en la mayoría de las coordinadoras autonómicas ha sido de proporciones descomunales.
En Madrid y Cataluña, se han impuesto coordinadores provenientes de la corriente del PSOE, socialistas en positivo, y en todas las demás personas de confianza de Gorriarán, por lo que a fecha actual todos los coordinadores son correa de transmisión de la voz de su amo.
En estas circunstancias, los militantes que discrepaban con la dirección del partido y su comportamiento feudal, se han terminado yendo, algunos haciéndolo manifiesto públicamente y otros de forma discreta.
Pocas esperanzas para la democracia en UPyD, porque blindaje orgánico del partido recuerda más a una formación comunista del siglo pasado que a un partido democrático del siglo XXI.
Las arbitrariedades, inequidades, injusticias y persecución de la libertad de expresión, han sido la norma, más que la excepción del despotismo educado de la dirección del partido.
El próximo 20, 21, y 22 de noviembre asistiremos al gran espectáculo del autoritarismo que será el congreso fundacional de UPyD, en el que los asistentes, previamente seleccionados por su lealtad a la dirección, concederán legitimidad “no democrática” a una formación política que se anunciaba como la tercera vía y se ha quedado en la tercera plaga, la de la peste, en este caso estalinista.
Good Ridance
Gorriarán es la reencarnación de Stalin y Rosa la pasionaria. Muy bueno el cartel
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