Rosa Díez es una relativista al estilo del padre del escepticismo, que considera que las palabras son una consecuencia del contexto, por eso desde su partido a la medida de sus obsesiones y peculiaridades se permite decir una cosa, y posteriormente la contraria, lo que luego resulta interpretado por sus seguidoras desde la exégesis más profunda como una evolución lógica. En realidad ha dicho que lo importante es lo que nos une, aunque alguno piense que eso no hay que resolverlo porque está suficientemente claro, sin embargo lo que no está claro es lo que nos separa, pero no se va a meter Rosa en redenciones, porque ella acostumbra a gratificarnos con un discurso positivo, como su antiguo compañero Rodríguez Zapatero. El socialismo positivo creo que se denomina, aquello del programa 2000 de Tezanos.
En realidad, el amplio abanico ideológico de Rosa Díez a lo largo del tiempo es claramente compatible con los sofismas: que son refutaciones o silogismos aparentes, con objetivo de defender algo falso confundiendo al oyente o interlocutor, mediante una argucia en la argumentación que puede consistir, o bien en exponer premisas falsas como verdaderas, o bien en seguir de premisas verdaderas conclusiones que no se siguen realmente de dichas premisas. Estos argumentos, falsos, pero en apariencia verdaderos, pueden ser lingüísticos o extralingüísticos. En la actualidad se usan indistintamente los términos "falacia" y "sofisma".
Díganme ustedes sin acritud si Rosa Díez no cumple los criterios del sofismo: una característica fundamental de su pensamiento es el relativismo moral y racional: la verdad depende del sujeto, no existe como tal, cada uno puede ver las cosas de manera distinta e incluso opuesta a los demás, y no por ello equivocarse. Todos tenemos un punto de vista , no hay ninguna verdad absoluta. También creían que es bueno lo que en cada momento nos conviene. No existen valores permanentes. Cada persona tiene sus propias normas de conducta. En síntesis, preparaban a la gente, sobre todo a los jóvenes, para la política, mostrándoles la mejor forma de engañar al prójimo con las palabras y los gestos. El arte de convencer, la propaganda, y la persuasión son sus herederas. La astucia, la estrategia y las tácticas argumentativas para defender su verdad, son sus armas, habitualmente eficaces.
Rosa tiene una gran virtud, habla de temas importantes desde la más absoluta frivolidad y desconocimiento, pero con la pose de un pontífice, lo que en un partido que se anuncia laico mola cantidad. Palabra de Rosa, y todos aplauden, nadie se atreve a contradecirla, porque ella es la portavoz, la única voz autorizada por el partido para emitir un mensaje público instantáneo, que una vez emitido pasa a formar parte de la Gran Biblia Magenta, que puede consultarse para saber lo que en el partido “opinamos” sobre cualquier tema. La palabra revelada de Rosa Díez, juega el mismo papel que la de Jesucristo para los cristianos, a pesar del laicismo que se anuncia en su formación política.
Otra cuestión importante es el formato esférico que van adoptando a lo largo del tiempo las palabras de Rosa Díez, pues si hay elecciones próximas, resulta que el verbo de Rosa se convierte en los cantos de sirena más cautivadores para los electores, lo que desean escuchar, pero estas palabras cambian –evolucionan- cuando ha pasado el proceso electoral correspondiente; Su discurso electoral es amable y singular que a nadie, salvo al contrario, puede disgustar.
No resulta extraño que el discurso de Rosa Díez, entre en contradicciones dialécticas importantes, por ejemplo cuando habla sobre la Ley Aído de plazos para el aborto, si bien el 16 de diciembre de 2008, era partidaria de una reforma a favor de una ley de plazos (aunque no estuviera en su programa), el 22 de mayo de 2009 consideraba que la ley de plazos propuesta por el PSOE era fruto de la chapuza y la irresponsabilidad, las declaraciones se realizaron en el mismo lugar, el Forum Europa con cinco meses de diferencia. Posteriormente exigió que se realizara un referéndum sobre el aborto.
Rosa Díez, que mientras estuvo de Consejera de Turismo del Gobierno Vasco (7 años) no asistió a ningún funeral de las víctimas del terrorismo de ETA, también defendió el cupo vasco, según comenta su excompañero Ibarra, cuando el PSOE rompió la coalición de Gobierno con el PNV, tras el pacto de Lizarra, fue la única consejera que estuvo en contra. Posteriormente, cuando ya no estaba en el Gobierno Vasco, tal vez por una revelación, se convirtió en adalid fundamental de la defensa de las víctimas del terrorismo.
Cuando Rosa Díez habla de España, realmente no se puede saber con claridad a que se refiere, si a la España Constitucional o a la desiderativa del socialismo y el nacionalismo, la España Federal –que recientemente ha defendido el candidato Sosa Wagner-. Hay que recordar las palabras que pronunció tras una entrevista con Pascual Maragall, “las voces defensoras de una España federal deberían “seguir” porque representan el pluralismo”
Que a Rosa Díez la apoyen desde un partido marxista, leninista, y maoísta como la Unión Comunista de España y al mismo tiempo desde la Falange Auténtica, resulta estrambótico, tanto para los partidos mencionados, como supongo que para Rosa Díez, que se ha declarado socialista, y en particular socialdemócrata que nunca ha sido marxista. Que a Rosa Díez la apoyen Nicolás Redondo, el factotum de Felipe González y exsecretario de UGT, y al mismo tiempo Fidalgo, el exsecretario de CCOO, también da que pensar. Que los bancos no quieran avalar su proyecto, cuando se desviven por dar dinero a casi todos, es muy significativo. ¿Han escuchado ustedes a otro líder de un partido de este país quejarse de los bancos?. Rosa Díez aprovecha cualquier oportunidad para hacer política, porque es un auténtico animal político.
Del enemigo el halago, comentaba Anasagasti, su antiguo coaligado del PNV, sobre la evolución política de Rosa Díez lo siguiente: 'De ser la consejera de un Gobierno que protestaba por la falta de transferencias ha pasado a pedir la recuperación por parte del Gobierno central de las mismas', para añadir a continuación: ninguno de sus compañeros en el Gobierno de Ardanza la recuerda 'tan sensibilizada por la imposición del castellano sobre el euskera, ni sobre la necesidad de una legislación estatal que anulara los perfiles propios del estatuto de Gernika'. Y acusarla de soberbia, vanidosa y caradura.
La democracia en España es joven y lo soporta todo, sino como iba a tener de Presidente de Gobierno de Rodríguez Zapatero, de jefe de la oposición a Mariano Rajoy, y de aspirante a lo que sea a alguien tan ambicioso como Rosa Díez, que no pudiendo alcanzar las cotas más altas en su anterior partido el PSOE, fundó uno nuevo para que nadie le pudiera hacer sombra y ahí la tenemos defendiendo el sol por el día y la luna por la noche, con el mismo énfasis e inasequible al desaliento, como si hubiera estado diciendo lo mismo a lo largo de toda su vida. Dios nos libre de los conversos, aunque seamos laicos.
Sin embargo, lo que más llama la atención de su partido, es que personas formadas, con criterio, con conocimientos verdaderos y sólidos, que me consta que los hay, no le han dicho que decir una cosa y la contraria, aunque sea con un intervalo de tiempo por medio, y aunque sea Rosa Díez, es difícil de justificar y con el paso del tiempo quiebra la confianza en el discurso y en quien lo pronuncia. Esa verborrea desaforada va a traer más de un disgusto, que Rosa resolverá diciendo que la coherencia ha muerto, porque la congruencia ha triunfado. Y a su alrededor inmediato, seguro que un coro de palmeros, preparados para la ocasión, le harán la ola.
Por favor, que nadie le pregunte sobre el cambio climático.
parece que coincidimos sobre esta dama
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