lunes, 6 de julio de 2009

Refutación de la ordinariez admonitoria



Se nos ha levantado Gatokan altivo, para legar a los pobres mortales los principios fundamentales del “magentismo político”, esa nueva religión sectaria que pretende dotar de orden cósmico a un proyecto político que sólo aspiraba a cambiar algunas cosas en este maltratado país que es España.

Sigo insistiendo, este personaje no ha sido iluminado por las enseñanzas de Confucio, apóstol de la paciencia, añado, ni siquiera por las aportaciones de Gracián, ese oráculo de la prudencia, que, a falta de incursiones orientales, bien le suple, y es de origen nacional.

Quien es capaz de producir jaculatorias doctrinales en pleno siglo XXI, puede ser un profeta, tal vez un iluminado, pero demuestra no estar a la altura de lo que se espera de un representante político, por muy autopoyético que sea, que debe asegurar condiciones de equidad, libertad, pluralidad, legitimidad y democracia para organizar un Congreso en las mínimas condiciones democráticas que permita que una formación política no democrática lo acabe siendo, tras su paso por la etapa de club social.

Una breve noción sobre democracia para despistados, lo del partido magenta es una sobrevenida seudodemocracia, exclusivamente formal, no una democracia real, porque si se reúne a veinte amigos elegidos por el cocinero para que voten sobre el plato principal del menú festivo para el día del patrón de un pueblo de quinientos habitantes, perdonen ustedes, pero eso no es una democracia representativa, por mucho que insista el cocinero, no podrá decir que el menú ha sido elegido de forma democrática, eso es una falacia, para que así hubiera sido, los veinte amigos invitados por el cocinero tendrían que haber representado a los quinientos habitantes que los habrían elegido libremente entre diversas alternativas, entonces sí se podría hablar de democracia. La democracia no admite la intervención decreciente, siempre es creciente y acumulativa, de abajo hacia arriba, no de arriba hacia abajo, siempre tiene como sujetos últimos de decisión a los que serán representados. Todo lo demás son artificios, tácticas y estrategias de los dirigentes que pretenden usurpar la decisión y la elección libre a los que, considerados como masa, se pretende representar. El sufragio universal e intransferible es democrático, el sufragio censitario o restringido, es otra cosa, propia del despotismo ilustrado.

Argumentada la falacia fundamental del proceso, paso al análisis detallado de las jaculatorias esgrimidas, para mostrar mi acuerdo y desacuerdo con sus propuestas:

1) No confunden la “democracia interna” con acracia a su medida y conveniencia.

Esta proposición es acertada. Como no confunden la “democracia interna” con la autocracia –tal vez acracia- a la medida y conveniencia de los dirigentes, es por eso por lo que precisamente muestran su desacuerdo los que discrepan. Estoy de acuerdo.

2) No identifican la “regeneración democrática” con tener un papel protagonista.

Exactamente. Lo que se pide es que el papel protagonista sea para la regeneración democrática, no para los que pretenden su representación, sin haber sido elegidos para tal fin, sino designados por sus amigos. La regeneración democrática no es una representación teatral, porque todos somos actores de su desarrollo. También estoy de acuerdo.

3) No hacen falta las severas críticas que nunca jamás han expresado dentro

Quien se ha atrevido a expresar severas críticas “dentro”, ha sido expedientado y expulsado del partido. Hay que tener más rostro que un tiranosaurio rex para decir que no se han expresado críticas “dentro” y quedarse tan fresco. La crítica solo abruma a quien no es capaz de refutarla.

4) No intrigan, ni conspiran torticeramente, sino que exponen sus diferencias abiertamente y dan a todos la oportunidad de manifestarse al respecto

Supongo que la referencia será a los dirigentes del partido, que son los que han intrigado y conspirado torticeramente; respecto a lo de exponer las diferencias abiertamente, me remito al punto anterior, quien ha osado hacerlo, ha sido expedientado y expulsado del partido.

5) No traicionan la confianza recibida sólo para demostrar independencia insobornable.

Esta jaculatoria requiere dos análisis; en primer lugar, si se refiere a la confianza de los dirigentes en sus súbditos, sobran argumentos, porque no hay súbditos; si se refiere a la confianza de los militantes en sus dirigentes, evidentemente que esta confianza ha sido defraudada cuando se han hecho muchas cosas deleznables, en plena impunidad, sin mostrar responsabilidad alguna sobre las mismas, sin rendir cuentas a nadie.

6) No consideran que las reglas y normas son papel mojado cuando les afectan a ellos

Precisamente, las reglas y normas, como en cualquier sistema feudal que se precie, son para regular la conducta de los vasallos (militantes), nunca las de los señores (dirigentes). Los nobles señores están exentos de responsabilidad ante los súbditos. En un sistema en que la ley no es universal y equitativa, la ley no sirve más que como instrumento de opresión y privilegio para someter a los díscolos.

7) No viven solo para cosechar aplausos, sobretodo haciendo escarnio de los demás

Los mayores escarnios que han ocurrido en el partido han sido infligidos por los dirigentes a los díscolos militantes de base, que se han atrevido a cuestionar las acciones arbitrarias de los dirigentes. Evidentemente, no esperarían además ser venerados. Respecto a lo de cosechar aplausos, una de las características del partido magenta es el monopolio de la representación en una sola persona: Rosa Díez, sin lugar a dudas hay muchas más que reúnen condiciones para la representación pero han sido ninguneadas, amordazadas y excluidas de cualquier representación.

8) No ven a sus compañeros como enemigos o siervos de sus designios

No hubiera encontrado una definición mejor, para explicar cómo los militantes de este partido piensan que son vistos por sus dirigentes. Muy acertada.

9) No vociferan, ni insultan, si sus deseos no son atendidos

Habitualmente, los militantes comienzan a vociferar e insultar, no cuando sus deseos han sido desatendidos, sino cuando los deseos ejecutados de los dirigentes en su arbitrariedad han vulnerado sus derechos fundamentales como ciudadanos de un país democrático y libre. Sin entender las causas, es difícil comprender las consecuencias.

10) No viven corroídos por el rencor y el deseo de revancha por agravios imaginarios

Creo que esta jaculatoria es una confesión sincera y auténtica, sobre los demonios que asolan a quien la emite.

11) A los que saben reírse también y sobre todo de sí mismos y no del resto

Precisamente, eso es lo que piensan los militantes expedientados, ofendidos, vapuleados que no saben hacer sus dirigentes, porque se han reído de ellos en sus propias narices, pero los dirigentes no son capaces de admitir siquiera la mínima crítica sobres su peinado o estética, no digamos nada sobre sus pensamientos y acciones, la condena inmediata y fulminante de cualquier discrepancia dice mucho sobre el sentido del humor que se gastan.

12) A quienes saben distinguir la crítica del chantaje o la acusación inapelable


Nuevamente los dirigentes tienen que brindar su magisterio, porque no se puede expedientar a nadie porque no esté de acuerdo con ellos, con la acusación inapelable de que no quieren lo mejor para el partido porque no coinciden con lo expuesto por los ungidos. Y sin derecho a réplica, en plena indefensión.

13) A los que buscan la persuasión con razones y se dejan persuadir por razones mejores

Cuando el criterio de validez de la razón se asocia al abuso de poder, estamos hablando de un régimen absolutista y totalitario en el que las alternativas racionales han dejado de ser posibles, porque su simple exposición puede ser motivo de condena al ostracismo o expulsión. En estas condiciones, la única razón que puede acompañar a los poderosos es el silencio o las voces soliviantadas de la rebelión.

14) A quienes no tienen siempre a punto el “y lo de lo mío”, ¿qué?

Que ingratitud ante la generosidad que han depositado en sus dirigentes los militantes de la formación magenta, con un periodo de carencia democrática de dos años, antes de prorrumpir en proclamación de su asfixia política, respetando el blindaje de “lo mío” que se han hecho los ungidos y designados, sin haber demostrado en ningún momento sus dotes y capacidades. La creencia en la generosidad tiene sus límites en la ingenuidad más pueril y adocenada.

15) A quienes, teniendo extensos conocimientos, no peroran siempre excátedra ni recurren al Curriculum Vitae como bate de beisbol

Esto debe ser otra confesión al estilo de San Agustín. No se trata en este caso de conocimientos, que también, sino de principios respetados, para impedir que alguien se intitule de sabiduría sin haberlo demostrado. Un partido político debe fundamentarse en la racionalidad explicada, no en la revelación de los profetas y la palabra de las divinidades. Para eso somos laicos.

16) A los que tratan de no humillar nunca a nadie gratuitamente

Quizás el hecho real y constatado de que el consejo político fundador haya sufrido un 70 % de bajas, tenga algo que ver con las humillaciones a que han sido sometidos por los dirigentes de la formación magenta, incluida Rosa Díez, por supuesto.

17) A los que piden ayuda sin rebajarse y la dan sin ostentación

Esto es una ucronía, sin duda. Porque en un partido político nadie debe estar sometido a tener que pedir ayuda o esperar que se le conceda. En un régimen estamental las cosas eran así, también en las dictaduras de todos los colores, pero en democracia hay un principio de justicia, que evita que las personas sean tratadas como esclavos. Hágase mirar el principio de equidad y su derivación en solidaridad, que esto no es una organización fundamentada en la caridad cristiana.

18) A los que no crean problemas donde no los hay para aportar su solución prefabricada

Indescriptible la soberbia autoritaria. Alguien decide si hay problemas o no los hay, y esa decisión debe ser asumida por todos; ¡que no hay problemas!, otra cosa es que no se quiera reconocer que los hay, para que nadie pueda sospechar que no han sabido resolverse, porque la solución prefabricada es la única que se ofrecía, y la libertad de pensamiento y expresión no admite soluciones prefabricadas. No “se crean” problemas, “hay” problemas, otra cosa es que no quieran verse, o quieran negarse, para no tener que rendir cuentas de ellos.

19) A los que no esperan que se les dé siempre la razón, y si no me voy

Otra cuestión mal interpretada. Los que se van, son precisamente a los que nunca se les da la razón, aunque se demuestre que la tengan, porque eso sería la demostración de que quien ejerce el poder se ha equivocado y eso es imposible, porque como el Papa cristiano, los dirigentes del partido magenta son infalibles.

20) A los que ponen la convivencia con sus compañeros de viaje por encima de su comodidad.

Precisamente los que protestan y hacen críticas han puesto su incomodidad personal por encima de cualquier otra cuestión y han pagado un elevado precio por su osadía. Exactamente es al revés, sólo los que ponen su comodidad personal, por encima de cualquier percepción propia, pueden convivir tranquilamente con unos dirigentes designados, aunque cometan errores, aunque procuren injusticias, aunque se fundamenten en la arbitrariedad. No sé si esto se parece más al Mundo Feliz de Huxley, o al 1984 de Orwell.

21) A los que son sinceros cuando es necesario y discretos siempre

¡Más sinceros!. ¡Más discretos!. Tras quince meses observando las mayores barbaridades políticas concebidas en la gestión de un partido, alguien ha dicho hasta aquí hemos llegado: ¡Basta ya!. ¿Qué más debía esperar?, el garrote vil, los hornos crematorios, las ordalías. Nadie puede exhibir su cerrazón cruel y contumaz, esperando que alguien no diga ni palabra ante semejante crueldad. No se puede apelar al compañerismo, cuando uno ha demostrado que no es compañero, sino un negrero sin escrúpulos, ni conciencia.

22) Desconfían de la adulación, huyen del pelotilleo y agradecen la franqueza amistosa

Esto es para análisis profundo, porque muestra una tremenda impotencia, la de no poder rodearse más que de aduladores y pelotas, cuando en realidad querría rodearse de la franqueza amistosa de los que realmente admira y “envidia”, pero no es posible, porque si lo hiciera, sabría que tendría sus días contados, sabe que la única forma de mantenerse en el poder es no competir por la razón política, la organización, y la gestión del partido, con quien le supera sin paliativos. Esto Gatokan lo comparte con la Divina Progresista, porque de todo no se puede saber en esta vida, algo que ellos desconocen.

23) Intentan ser con los demás al menos la mitad de indulgentes de lo que lo son consigo mismos.

Prodigio de generosidad que nos revela el inconsciente del ínclito personaje, la mitad de indulgentes con los demás de lo que uno lo es consigo mismo, es decir que exigimos a los demás al menos el doble, de lo que nos exigimos a nosotros mismos. Evidentemente, no puedo estar en desacuerdo, sinceridad obliga.

24) Procuran no exigir nada que no estén dispuestos a hacer por sí mismos

Si se está refiriendo a las tropelías que se han hecho con los militantes, es una confesión de la crueldad que guía sus actos, porque ciertamente alguien que disfruta en el ejercicio del poder, sin merecérselo, disfruta ejecutando por su propia mano sus arbitrariedades. Pero hay algo de falaz en esta frase, todos los expedientes y las arbitrariedades que se han materializado documentalmente, siempre han estado firmadas por otros, que nadie pueda acusar a quien dictamina, es una muestra de cobardía, insidia y conducta taimada.

25) Piden perdón cuando se equivocan y lo dan sin pensarlo cuando se les pide

Analicemos esta frase con detenimiento, puesto que es la última. Piden perdón cuando se equivocan, evidentemente si la Divina Progresista, Gatokan y su corte, no han pedido jamás perdón, es que entonces nunca se han equivocado, eso es imposible, ¡alguien puede pensar que pueden equivocarse!. La segunda oración de la frase es todavía peor: lo dan sin pensarlo cuando se les pide. No se sabe si lo que quiere decir es que si lo piensan no se lo dan, o que la única forma de reconciliarse con el infinito cósmico es pedir perdón, o que, como el elenco dirigente es infalible y no cabe la posibilidad de que se equivoque, todos están obligados a pedir perdón, hayan hecho algo o no, por si acaso. Ese perdón preventivo que caracteriza la magnanimidad de los grandes personajes de la historia de España como la Santa Inquisición, Fernando VII, o Franco, en fin. Porque si alguien pide perdón, es la confesión de que ha cometido algún delito y entonces debe ser condenado.

2 comentarios:

  1. Refutada del todo. Aunque no se si era menester andar tan fértil de talento para enterrar unas ordenanzas tan carcundas y pestilentes que no las tragaran ni los necios seguidores de Fernando VII. Y ya que cito a este rey, le diré mi admirada Eli Jo, que tanto aquel "deseado" como este "indeseable" se hubiesen refutado por ellos mismos con sólo recordar que el rostro suele ser espejo del alma.

    Un saludo

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  2. Hablando de Borbones, y su fernando VII, maximo exponente.
    viendo los cuadros de Goya y la familia real, nunca entendí como viendose asi retratados, no colgaban al pintor en vez de colgar el cuadro.
    En nuestra Historia nunca acabamos de colgar a un REY.Todos murieron en la cama, el ùltimo Franco.
    Nunca matamos al padre. Y no dejamos de ser Hijos de Puta.

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