martes, 16 de junio de 2009

El secuestro de la democracia


La escenificación del primer Congreso de UPyD será magnífica, no tengan la menor duda. Los resultados, más bien discretos desde la perspectiva de la libertad y la democracia. Las posibles candidaturas críticas que se puedan presentar, saben que tienen limitadas sus posibilidades de partida. Coraje no les falta, pero la estrategia solo puede concluir en una victoria hegemónica de Rosa Díez, que como ya ha anticipado al negarse a la elección de la dirección del partido por listas abiertas, será ella quien elija a quienes le acompañan en la ardua tarea de dirigir su formación política. Las candidaturas que se presenten, perderán, y dotarán de "legitimación democrática" a una organización que no es producto de la decisión de los militantes, sino de los líderes.

La democracia limitada y controlada de UPyD haría sonrojarse a cualquier ciudadano con criterio, pero resulta sorprendente que nadie dentro del partido se atreva a realizar la menor crítica sobre el reglamento congresual, quizás porque los que lo han hecho han sido destituidos de forma fulminante.

La inversión de la democracia que se ha hecho, con el apoyo mayoritario del consejo político, establece que quien quiera que Rosa Díez siga de portavoz –presidenta- del partido, tendrá que aceptar también el consejo de dirección que ella decida, la asamblea sólo podrá ratificar su decisión. Como no hay ninguna posibilidad de que Rosa Díez no salga elegida, tampoco la hay para que las cosas cambien dentro de UPyD, pues si se presentara el actual Consejo de Dirección elegido por Rosa Díez, cualquier opción alternativa sería inviable, manteniendo a Rosa Díez en el partido. Quien n quiera que Rosa Díez siga en su puesto está obligado a aceptar lo que existe, o Rosa Díez, como ha amenazado, no irá con ninguna lista que ella misma no haya propuesto. Esto supone una flagrante imposición no democrática, a una asamblea de militantes que según la ley de partidos debe tener plena soberanía para establecer sus decisiones.

Otra alternativa es no votar a Rosa Díez, y votar a alguien que se atreva a presentarse a la presidencia del partido, lo que supondría en estos momentos un grave error, porque Rosa Díez ya se ha encargado de que la persona más conocida de UPyD sea ella, y prácticamente solo ella. ¿Acaso esto es un secuestro de la democracia por su lideresa?, pues evidentemente sí, algo parecido a lo ha hecho Hugo Chaves en Venezuela o lleva haciendo Fidel Castro en Cuba más de cincuenta años, pero como lo hacer Rosa Díez, pues nadie dice nada, porque nadie se atreve.

En fin, que el próximo congreso de UPyD ratificará lo existente, y depurará de demócratas el partido, porque quien acepta calamar como animal de compañía, no se puede quejar de que su tinta le estropee la ropa.

La democracia, al igual que la libertad, o la justicia, o son plenas, y sin otros límites que las normas de su correcto uso, o no sirven para nada, son papel mojado.

Que la líder de un partido, junto a su corte, se apropien indebidamente de los derechos soberanos de sus compañeros, imponiendo restricciones de antemano a sus posibilidades electivas, es un signo pletórico de significado sobre sus auténticas intenciones, estableciendo una continuidad con lo existente hasta ahora.

Los auténticos demócratas abandonarán el partido, porque no podrán prestarse a este juego sucio y artero. De hecho, un 60 % del consejo político fundador, ya no está en el actual consejo político.

Si se aceptan estas reglas de juego, los que se queden lo harán sabiendo que no militan en una formación plenamente democrática, un partido fuera de la ley de partidos políticos de 2002 y de la Constitución Española de 1978, un elevado precio que solo estarán dispuestos a pagar los que qué consideren que la democracia y la libertad son innecesarias

Cuando Fernando de los Ríos visitó a Lenin le hizo una pregunta sobre que era lo que ocurría con la libertad, a lo que el líder ruso le respondió: Libertad, ¿para qué?. En otra ocasión, el ideólogo soviético se planteó otra pregunta: Democracia, ¿para qué?, considerando que el sufragio universal era la dictadura de la burguesía (en La revolución proletaria y el renegado Kautsky, Editorial Progreso. Moscú)

Fundamentando en una reflexión e Jesús Nava, que responde con extrema claridad a estas preguntas basándose en las enseñanzas de Spinoza, puedo aseverar:

Sin democracia en UPyD, no habrá Libertad, y sin Libertad, nadie podrá desarrollar su plenitud humana, sin excepciones, salvo Rosa Díez. ¿Es eso lo que ella quiere y pretende?. ¿Utilizar a todos los demás en su mayor gloria?. ¿Para tal fin sirve un partido político?

Reflexionemos entonces: ¿de qué sirve un Congreso en estas condiciones, más que para disfrazar de democracia una dictadura y concederle legitimación a algo que no lo tiene?

3 comentarios:

  1. La candidatura alternativa lo único que va a conseguir es legitimar la propuesta de Rosa, entonces es cuando podrán presumir de democracia interna. ¿Había con Franco democracia? Para el pueblo no, pero para Franco sí. Él era el único candidato y él ponía sus reglas de juego y sus candidatos, el ciudadano por miedo votaba y ya estaba todo legitimado.

    Bajo mi punto de vista van a cometer un grave error, esto se tenía que haber hecho hace un año, entonces sí que hubiese sido efectivo.

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  2. Quien se haya asomado a mi blog habrá podido comprobar que no soy demasiado puntilloso con las formalidades democráticas en cuanto a mis simpatías y "alegrones del día" (alusión a la frase del asilvestrado policía Harry Callahan). Quizás por ello pueda entender a la vez a palestinos y a israelíes, a católicos y a protestantes norirlandeses, a argelinos y a pied noirs, y valore tanto a Nixon y su realpolitik heredada de Bismarck en relación con las superpotencias del Este. Creo en la democracia como intencionalidad, como aventura visionaria pero no como chantaje ni como arena en los cojinetes. Sólo he militado una vez en mi vida y lo hice en el partido que consideré por un tiempo paradigma de la profundización en la democracia, el CDS. Había tres valores en esa formación, Suárez, Ridruejo y Mounier, que fueron los imanes. Desde dentro vi que, precisamente por exceso de "democracia", repitiéndose la historia de UCD, los sectores más contrarios al proyecto suarista (esto es, los más proclives a un acercamiento al PP) estaban laminando al resto.
    Hoy trato de conciliar mi "corazoncito" (mis "valores eternos", mi "utopía", mi "país de la piruleta") con el principio de realidad. De ahí que pueda aceptar las razones del enemigo (el colonialismo, el capitalismo, el centralismo) a la par que las que considero más próximas desde siempre. Eso sí, siempre que se defiendan principios, visiones del mundo, fanatismos, proyectos de vida en común frente a toda estrategia basada exclusivamente en pervertir mensajes en provecho personal de puro medro (lo que yo llamo proxenetismo político).
    Puedo respetar, desde esa mirada que suelo calificar de soreliana, al difunto (políticamente hablando) Damborenea y al difunto (en todos los sentidos) Josu Muguruza. No eran proxenetas de la política y cada cual, a su manera, lo pagó. Puedo respetar a otro fiambre, Pim Fortuyn. Podría haber respetado a UPyD (y supongo que todavía hay algo a respetar en ello -de ahí mi frecuente presencia en este blog y mi interés por las razones de los disidentes-) pero he llegado a la conclusión de que el único valor categórico de la línea oficial de este partido es que la lideresa sacie sus ansias de poltrona y recupere las prebendas perdidas. Puro y duro proxenetismo que explica cómo se ha jugado indecentemente con las expectativas de ultras, derecha civilizada "dura", adoctrinados en Hayek, sociatas nostálgicos del priísmo felipista, gaycons, hasta (puede) algún centrista despistado con morriña de Suárez. El mismo impulso manipulador, impersonal, de puro medro, que dio pie a unos cuantos listillos de La Sexta a entrevistar a Otegi como en algún canal vecino se entrevistó a Julián Muñoz.
    Hoy no tengo ni idea de qué pretende UPyD más allá de tejemanejes personales para medrar, con esa euforia antipolítica del broker. Estoy con Lenin en sus preguntas enunciadas en la presente entrada, que creo iban en la línea que yo estoy tratando de señalar. Por supuesto, si en vez de Lenin, uno puede encontrarse a un Suárez, a un Ridruejo, a un Carlos Hugo de Borbón Parma, a un Thomas Sankara en Africa, a un Julio Anguita, gentes todas ellas como sacadas del país de la piruleta, pues mejor. Pero si hay que elegir entre un proxeneta amigo de chantajear con unos valores democráticos que le importan un pimiento y un Harry Callahan con algo en la cabeza más allá del afán de lucro y medro personal, antipolítico, siempre preferiré "equivocarme" con éste que "acertar" con el proxeneta (alusión a la famosa frasecilla sobre Sartre y Aron).

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  3. He recibido hace un rato en el privado una respuesta a mi anterior comentario, respuesta no exenta de iracundia y rayana en el diálogo para besugos (por no captar muy bien por dónde iban mis tiros).

    En ningún momento he tratado de ofender o de atacar a quienes como nuestra anfitriona denuncian la falta de democracia interna en UPyD. Lo que he procurado señalar es que, tal vez lo más grave aquí no sean el atentado a las formas y la "letra" del hecho democrático sino la carencia de contenido real de la cúpula que conculca estas formas.
    Si la sra Díez pudo en su momento (tan ajeno a esta imagen de ahora -¿aún vigente o ya a medio apear?- de "martillo de independentistas"), aferrándose a la letra de lo democrático, echar toda la mierda sobre Damborenea como comedor de los pecados de unos cuantos más y rasgarse las vestiduras de manera algo farisea (por este blog hay una entrada donde se desempolva todo esto:
    http://eli-jo.blogspot.com/2009/05/el-pecado-original-del-socialismo.html), estaba claramente haciendo proxenetismo político, usando de manera calculada el puntillismo democrático para su propio provecho ("se aparta al apestado explícito pero se respeta a las X que aún me puedan convenir").
    De igual modo, haciendo abstracción de la excepcionalidad de determinadas circunstancias y cargando las tintas sobre el excesivo personalismo de tal o cual liderazgo, la derecha de UCD y del CDS acabó dinamitando los dos proyectos más serios que ha habido en nuestro país desde hace décadas en la profundización del ESPIRITU (que es más importante que la letra, como el BOSQUE lo es frente a los árboles, o la LUNA respecto al dedo que la señala) democrático en nuestro país.
    Es muy sano buscar la metodología más democrática posible pero que ello no nos ciegue o nos vuelva rehenes de lo que, en determinadas circunstancias, puede convertirse en coartada para la inacción. A mi juicio (juicio muy relativo y muy subjetivo, de observador -que no votante ni militante- del fenómeno UPyD), Rosa Díez y sus guardaespaldas no son ni Putin ni Ahmadineyad (sujetos que, en sus discutibles procedimientos de consolidarse en el poder, lo hacen por algo bastante más elevado que el amor a la poltrona -jamás se me ocurriría equipararlos a un Chávez o a los Kirschner, donde sólo veo proxenetismo político de la peor y más cutre especie: y, seamos serios, la oposición a ellos también es para darle de comer aparte-). Y eso es lo más inquietante e irritante: construirse un pelotazo político sobre las chepas de mucha gente, que, como los ciegos con el elefante, no tiene ni pajolera idea de cuál es la idea global de UPyD (de haberla, que cada vez lo dudo más), más allá de slogans, guiños y manipulación descarada de emociones contrapuestas de mucha gente incómoda con el lodazal político establecido.
    Para ese viaje, me quedo, como ejemplo de transparencia (hasta lo radiológico), con la saga del GIL del difunto Idem y Idem. Ahí, como con FORZA ITALIA, si te metes o lo apoyas, sabes a lo que te metes. Las reclamaciones, al libro. Proxenetismo tan explícito que nadie puede llamarse a engaño: se apoyaba a Gil y Gil por lo que se apoya a Berlusconi, a ver si nos toca algo en el trinque general (por cierto, fue Felipe, con el culto a la gente guapa y al pelotazo, quien inoculó en este país este virus -con mejores modales y menos descaro, claro-).
    Lo malo es el fariseísmo.

    Una última cosa a mi iracundo replicante. A mí nadie me da lecciones de antizapaterismo. Pero, como todo lo dicho, lo importante es el fondo más que la forma. Ni soltaré espumarajos ni me daré de cornadas contra la pared para que luego el Wyoming se haga unas risas pero creo que he señalado como nadie lo funesto, apocalíptica, catastrófica, antiutópicamente funesto que me parece Zapatero.

    Aquí, dos muestras:

    http://zurdman.blogspot.com/2009/04/visiones-apocalipticas-9.html

    http://zurdman.blogspot.com/2009/02/visiones-apocalipticas-6-apendice-del.html

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