lunes, 18 de mayo de 2009

Los gozos y las sombras


En la inmortal obra de Gonzalo Torrente Ballester, al igual que en el Gatopardo de Lampedusa, con el fondo de una sociedad deprimida y oprimida en el primer caso y convulsa, en el segundo, se produce una lucha del poder nuevo, contra el poder viejo, al que pretende sustituir. Las pasiones humanas se revelan y rebelan a los protagonistas del relato. Quizás esta obra sea una magnífica alegoría de tu partido, Rosa Díez.

Porque si ayer, tus antiguos compañeros te detestaban por llamarlos estalinistas, hoy es en tu partido donde corre la palabra, pero en esta ocasión tu eres la líder, tus amigos los dirigentes. En tan solo dos años has pasado de ser la más crítica del PSOE a ser la más criticada de UPyD. El poder trastorna y corrompe a los seres humanos y sus obras, y esta es la enseñanza fundamental de las novelas que he mencionado.

Pero hay otras, como por ejemplo la inmortal frase de Lampedusa: “cambiemos algo para que todo siga igual”. Y realmente, en nuestro país, tiene su aplicación más acertada, porque la casta política forma una élite dirigente que vela por sus intereses contra los ciudadanos que todavía creen en vuestras palabras y promesas, que nunca se acaban cumpliendo, y cuando se cumplen, es a veces peor.

Hace muchos años, Rosa, que tu eres una política, siempre lo has sido, tantos que ya se te ha olvidado lo que es ser simplemente un ciudadano, de los que soporta, sufre, y paga vuestro juego de notables. Y los ciudadanos de este país estamos hartos de vosotros, los políticos, que no representáis realmente a nuestra sociedad, sino vuestros particulares intereses.

Y dirás que tu no eres la única política de este país, y que desde tu acta de diputada nacional, ya haces todo lo que puedes para que cambien las cosas, y ciertamente, con algunas meteduras de patas solemnes, realmente dices cosas que muchos queremos escuchar, pero a medida que tu discurso crece en bravura, tu confianza mengua en hartura, por qué para lograr lo que dices, lo primero que tienes que hacer es intentarlo en tu propia casa, con tu gente más próxima.

Rosa Díez, no sé si te has dado cuenta en tu arrogancia popular, que tus palabras influyen en personas concretas, que acaban creyendo en lo que dices, incluso votándote, para comprobar más tarde que han votado mensajes vacuos, que se han quedado en miserable propaganda.

Todos en esta vida tenemos contradicciones, hasta las berenjenas, por supuesto, pero al contrario que los políticos, las berenjenas hacemos política sin dejar de ser ciudadanos, sin abandonar el suelo, para erigirnos en la cúpula del poder y distanciarnos socialmente de los demás.

Abogas en la calle por la regeneración democrática, y en tu partido va para dos años que no se ha celebrado un congreso, abogas por las listas abiertas para dirigir la judicatura de este país y en tu formación no las consientes, se te hinchan las venas hablando de libertad, y ni siquiera sabes de lo que estás hablando. Dices que defiendes España como unidad de derechos y permites que tus representantes promuevan el federalismo, en un país en que la desigualdad entre españoles nunca ha sido tan grande. En fin, lo mismo defiendes la inmutabilidad de la Constitución, como pilar del Estado, que aconsejas su cambio, exclusivamente para que tu partido no se vea perjudicado en las urnas. Y lo mismo estás a favor de la ley Aído, que consideras que es un error, en función de la proximidad electoral.

Has defendido una lengua común, porque no te has atrevido a defender el idioma español, que es la lengua castellana. Has apoyado sin dudarlo una Educación para la Ciudadanía, cuando abre otra vía para implantar el adoctrinamiento en los más jóvenes. Has mostrado sin recato tu anticlericalismo furibundo, cuando en este país, sabes perfectamente que la religión católica está siendo acosada por el Estado.

En tu partido se expedienta –purga- a los discrepantes, pero al mismo tiempo se abraza y promociona a tus antiguos compañeros socialistas, que no comparten la deriva errática del PSOE de Zapatero, guiada siempre por el oportunismo y la incrustación en el poder.

Sin duda Rosa, tienes excelentes cualidades para la política, pero escasas luces para la historia. En un mundo que se deshace, en el que los cambios son permanentes, tu ofreces a los españoles regresar a los tiempos del PSOE de Felipe González y olvidar el bodrio que ha montado tu antiguo rival de partido, Rodríguez Zapatero, que alcanzó la presidencia de este país tras una circunstancia inolvidable, los atentados del 11-M, de los que apenas has hablado, siendo tú una de las defensoras más corajinosas de las víctimas del terrorismo.

Si ahora que estás al comienzo de la organización de tu formación política, te rodeas solamente de los que te aplauden y lisonjean, los que son más leales a tu persona que a los ciudadanos que votan al partido, que ven como se cometan enormes tropelías y permanecen callados, ¿qué te espera tras un congreso en el que hasta el más mínimo detalle haya sido controlado para que no haya más que un criterio?, el tuyo. Estás repitiendo los mismos graves errores que se cometieron en Ciudadanos, y fíjate que espectáculo están dando.

¿Pero no te das cuenta Rosa, que cuando tu abandonaste el PSOE, desapareció la crítica interna y mira a dónde nos ha llevado tu antiguo partido?, al mismo borde del abismo, a la distorsión en la convivencia de los ciudadanos, a la imposibilidad del acuerdo, a la miseria del paro y a la quiebra empresarial, y a la inminente ruptura de la Constitución. ¿Pretendes emular sus errores o recobrar sus virtudes?.

Un partido político no puede ser exclusivamente una empresa electoral, porque en este caso, los ciudadanos -contribuyentes-, si bien tienen derecho a voto, no participan de beneficio alguno, sino de todos los perjuicios juntos que ocasionáis los accionistas -políticos-, en vuestro beneficio.

Que los gozos de la miseria política no superen las sombras de la vida de los ciudadanos, sobre las que se ejercen cada día las acciones injustas de dominio y violencia. La caverna de Platón sigue abierta.

Saludetes magentas

Eli Jo, la berenjena laica

1 comentario:

  1. Bienvenida berenjena laica a las trincheras de las hortalizas, sigamos con la batalla.

    Ya tienes el primer seguidor y pongo un enlace en mi blog.

    Saludos de un berenjeno

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