miércoles, 20 de mayo de 2009

España en la ideología de UPyD

Cuando Rosa Díez definió la ideología de su partido en septiembre de 2007, se le olvidó pronunciar la palabra España, y la desinformación reinaba en su mente, pues si quería ofrecer un "melting pot", realmente no sabía a que se estaba refiriendo cuando promovía su ideología: partido de izquierda, derecha de progreso, izquierda liberal, transversalidad, socialismo, socialdemocracia, progresismo, liberalismo (social liberalismo, a la larga), unionismo ciudadano, no nacionalismo (no la defensa de España tradicional de Denaes, recordar polémica de Gorriarán con Santiago Abascal al que calificó como Le Pen). Rosa Díez, que se declara socialista hasta la médula, sin embargo consideraba que su partido era: inequívocamente nacional, laico, moderno, regenerador de la democracia, que viene de la izquierda crítica y democrática y que incorpora en su seno a la mejor tradición del liberalismo político, heredero también de aquellos liberales de Cádiz de la Constitución de 1812, que apostaron por el cambio político y social y el derecho de ciudadanía. Por último, ella misma se consideraba tan admiradora de Felipe González, como detractora de quien le batió en la confrontación interna de su partido, José Luis Rodríguez Zapatero. Una de las curiosidades de la promoción de su formación política, era la defensa del Estado: “"El Estado necesita más de un partido que lo defienda".

Comencemos por el final, Rosa Díez como buena socialista que es, defiende el Estado antes que la Nación, considerando esta última exclusivamente como una referencia estratégica (ámbito nacional) y no una condición política (realmente su ideología se aproxima a la negación de la Nación como una determinación política: lo que se conoce como No Nacionalismo). Para Rosa Díez, España es una referencia arbitraria que en su seno incluye a los españoles, pero no le importaría definirlos como ciudadanos ibéricos no lusos, si se tercia. Y aquí tenemos su primera contradicción, porque en la Constitución Liberal de 1812, y también en la de 1978, que permanece vigente, se defendía una nación sólida como referente identitario primordial, que proporcionara igualdad de derechos y libertad a sus ciudadanos la metrópolis y ultramar (eso era un auténtico melting pot) con un Estado suficiente para hacerlo posible.
Rosa Díez, socialista, nos quiere hurtar la historia, y aderezarla a sus intereses políticos y electorales, ofreciendo un horizonte de federalismo y no de unión de todos los españoles pero no nos engaña.

Con el idioma español, la lengua de Cervantes –que no era ni catalán, ni vasco, ni gallego- ocurre otro tanto de lo mismo, transformándolo en una “lengua común”, (más próxima a la condición “ordinaria” que al hecho extraordinario de que sea medio de comunicación para más de 400 millones de españoles – 40 millones en los Estados Unidos-). ¿Pero como se puede llamar lengua común a uno de los principales idiomas de la cultura planetaria?. Todo por no herir las sensibilidades nacionalistas y sus delirios absolutistas.

En cuanto a la Constitución Española, Rosa Díez está empeñada en su cambio, como si los errores que ha cometido el PSOE de Zapatero con su incumplimiento permanente, fueran responsabilidad de la Carta Magna y no del socialismo, que se ha vendido a quien mejor le permitiera alcanzar y mantener el poder. Y todo ello porque no le beneficia el reparto proporcional de votos en su ambición política, aunque lo disfrace en la búsqueda de la igualdad jurídica para los españoles. Rosa Díez primero aplicar la Constitución hasta sus últimas consecuencias, que abrirla como carroña a los buitres y las hienas.

Otras de las características ideológicas que definen UPyD es el laicismo, que deriva hacia el anticlericalismo más furibundo en un afán de desposesión inaudito en un país de tradición católica, dónde 8 millones de españoles se consideran creyentes. En esta ocasión, con el interés de abrirse a la modernidad y al “civilizacionismo” de Rodríguez Zapatero, (para ser amigos de otras culturas tenemos que dejar de ser lo que somos, y abominar lo que hemos sido).

La defensa de la Educación para la Ciudadanía, con la implantación de un modelo estatal de inmersión cultural, que les muestre a nuestros hijos los valores de moda, que no todos los valores, y les adoctrine sin prisa pero sin pausa, para hacerlos electores socialistas o nacionalistas el día de mañana. Explicando como normalidad lo que simplemente han sido aberraciones delirantes de unos aprovechados coyunturales muy ambiciosos.

La teoría del melting pot, nos habla de la homogeneidad paulatina partiendo de la heterogeneidad natural, para no ser tan frikis, en español castizo hablaríamos de mezcla, precisamente. Y fíjense en el lenguaje socialista de cambiar las palabras para definir la realidad, y luego decir que ha sido obra suya, un magnífico recurso de la retórica. No se da cuenta la ilustre fashionaria que España ya está mezclada, que es mestiza, tanto en culturas como en razas, siempre lo ha sido, hasta con Franco: la mezcla de las culturas musulmana, cristiana y judía, de todas las razas, porque nuestra tierra siempre ha sido tierra de paso, de intercambio. Los racistas son los que hoy se declaran diferentes por motivos políticos, en las protonaciones periféricas, que imponen su racismo en la política, la lengua y la cultura, pero eso no lo ve Rosa Díez, porque no le interesa.

En fin, tras la estela del bodrio espectacular de Ciudadanos se dirige la UPyD de Rosa Díez, a partir de ahora comienza su declive porque no se ha dado cuenta de que ha defraudado a los guardianes de las esencias, que son unos cuantos españoles dispuestos a que no les roben su identidad ni a ellos, ni a su pueblo, para hacernos a la medida de sus intereses, esto políticos que tienen la ambición desmesurada como bandera. Aunque no se lo crea, los hay, se lo aseguro, y son muy influyentes.

Rosa Díez nos ofrece con su partido el regreso al PSOE de la época de Felipe González, nada más. En su infinita ignorancia, piensa que la solución, es regresar de nuevo al problema.

Verás Rosa Díez, lo que deberías hacer es limitarte a no dejar de ser española, no a inventar realidades inexistentes para engañar a tus electores. Si quieres que las cosas cambien, de verdad, deja que tu partido sea de los españoles, que acaban dialogando siempre, aunque sea despues de haberse enfrentado, y que se expresen libremente en su interior y en el exterior de tu partido,
los españoles sabemos hacernos solos, llevamos siglos haciéndonos, no hurtes la realidad para facilitar el trabajo de los detractores de lo que realmente somos, respétalo simplemente. Sé generosa Rosa, o te acabará tragando el tiempo antes de lo que piensas.

Lo que nos une a los españoles, por encima de todo y de todos, es España; utiliza tus energías en mostrárselo a los que no se lo creen o lo discuten, para hacer valer sus intereses, no en regalarnos los oidos a los que ya lo sabemos, para que te votemos.

Eli Jo, la berenjena laica.


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